NOVARA YA NO ES MAS EL TECNICO DE SPORTIVO

La información oficial del día transforma en noticia trascendente el alejamiento de la dirección técnica de Sportivo de Andrés Novara. Sí, Novara ya no es más el entrenador de Sportivo y parece que su apartamiento fue consecuencia de un mutuo acuerdo entre la dirigencia del fútbol mayor de la institución y el propio entrenador.
Novara deja así su segundo ciclo al frente del equipo mayor luego de un año. Y si bien no ha podido consagrarse campeón, sus campañas en los distintos torneos han sido harto mejores que aquellas del 2002. Es que metió a Sportivo en Cuartos de Final del torneo clausura de liga 2008, mejoró la campaña de Oyarbide en Argentinos B metiendo al lobo en instancias finales en la última edición, y logró ser semifinalista del presente certamen apertura de Liga Cañadense. Lamentablemente, muy poco. Para él y para todo el mundo Sportivo. Es que aunque parezca una locura, para Sportivo ya no es suficiente una semifinal; yo diría que ni siquiera una final alcanza por estos tiempos para el lobo y su gente, tan acostumbrada a los éxitos. Y en esto tiene algún grado de involuntaria responsabilidad el mismo Novara. Porque esos éxitos que comenzó a cosechar aquel equipo de 2003 fue forjado por Don Santi con estrechísma colaboración del entrenador cañadense. Ese equipo que seducía por su juego efectivo y lapidario, el mismo que impregno al nombre Sportivo una estirpe tan ganadora que parece no admitirse otra cosa más que la victoria, aquel que inauguro esta decada plagada de satisfacciones, acabó robusteciendo la máxima futbolera que hoy nos domina: la del "solo sirve ganar".
Seguramente, en el alejamiento de Novara deben existir otras razones que no conocemos. Y deben ser tanto o más decisivas que la ausencia de éxitos. Por eso estas líneas no son crítica ni defensa de nadie. Pero el del éxito es un aspecto que no queríamos dejar de analizar porque, al fin y al cabo, es el que acaba decidiendo la suerte de muchos, por no decir de todos. Y no solo en el fútbol. Lamentablemente.
Ezequiel A Musaschi